sábado, 16 de febrero de 2013

PIERRE WOODMAN (II ª PARTE)‏


Mi mano se alargó al máximo mientras mis dedos se desenredaban de los suyos.
Lo miré a los ojos por última vez y en ellos ví el morbo, pero también una chispa de melancolía.
Pierre me llevaba de la mano hacia el camerino, antes de cerrar la puerta volví a mirarte con más amor que nunca, pero tú aún seguías allí cuidándome con la mirada, igual que cuando era pequeña y subí al tren con los niños de mi colegio en una excursión a Kiev.
Me sentí protegida.
Dentro del camerino habían varios armarios abiertos repletos de ropa muy distinta.
Aquí tienes un par de estilistas que te ayudarán a vestirte en lo que tú misma decidas escoger.
Primero tomé una ducha de agua fría pues no la necesitaba templada, mi cuerpo estaba ardiente.
Cuando pasé la esponja por los senos rasqué los pezones - creo que nunca estuvieron tan erectos desde que me tocó aquel chico del colegio en el portal de la biblioteca, pensé.
Lo mismo sucedió cuando me froté la vagina, estaba abierta y mojada, con los labios hinchados aplastados hacia atrás sobresaliendo un clítoris desafiante.
Unos golpes en el cristal de la manpara me comunicaban que ya debía prepararme.
Sentí un poco de verguenza de salir desnuda con los pezones como cuchillo y la vagina abierta.
Mi cuerpo temblaba pero estaba decidida a todo.
Desnuda entre los armarios elegí lo más adecuado: un body negro con la espalda desnuda, con cruces de cuerda, el pezón quedó justo a pocos milímetros de saltar fuera del escote.
Dos tiras negras colgaban en los laterales para sujetar las medias negras, muy transparentes.
Una pequeña telita negra sería mi tanguita.
Luego me coloqué unos guantes negros, largos hasta el codo, unos zapatos de tacón de aguja  lo que hizo que mi culo se alzará y tomará una forma más respingona, más provocatiba.
Más tarde escogí una máscara negra, con dos plumas en un lateral y me puse un abrigo de piel, largo y negro con unas unas gotas de mi perfume preferido Anais Anais en el cuello, en el escote, en el pubis y los muslos.
Una vez vestida, las estilistas hicieron sus retoques.

No tardó ni cinco minutos en que entrara Pierre a buscarme: Ohlala. C'est la plus belle femme!.

Me cogió del brazo y me susurró al oido: Aproveche su oportunidad!!, esta es su fantasía, usted misma eligió el bondage.
Actue como si nadie la viera, siga sus impulsos, déjese guiar por el calor de sus deseos y fantasías.

La habitacíon era muy grande y estaba a oscuras, sentí nervios.
Al instante un foco se encenció proyectando su haz de luz contra la pared del fondo.
Los pezones me dolían por la excitación y los jugos resbalaban por mis muslos...
- Dios mío!!- pensé -. Y eso que aún no empezó la función.
Y de entre las sombras apareció un joven de unos 30 años, como a los que a mi me gustan.
Llevaba un traje negro, sin máscara.
Se acercó a mi y entonces descubrí que llevaba una cadena, se paró frente a mi y me colocó la argolla en el collar de cuero de mi cuello, luego me llevó en silencio hacia una mesa y allí me estiró encima y me sujetó las muñecas con unas correas en ambos lados, mientras que las piernas fueron atadas abiertas con correas y cadenas.
Luego el hombre empezó a acariciarme, sus caricias eran las mismas que me hacía mi pareja..., esas que me volvían loca.
Luego llegaron los mordisqueos en el cuello, en la espalda, los pellizcos en los pezones...
Ahhh!!. Yo ya estaba fuera de si, cómo podía saber él lo que tanto me gustaba???.
Ahh, claro!! - fuiste tú.
Tú se lo has dicho!!- pensé mientras apretaba los labios ante la llegada de una ola de placer.
Sus manos me habían bajado las braguitas e indefensa yo notaba como los jugos salían de mi cueva húmeda.
Él se dió cuenta y con su lengua me limpió, limpió y limpió...
No recuerdo la de veces que me lamió ni lo que duró mi primer orgasmo, pero fue potente, mi cuerpo temblaba excitado.
Através del antifaz le pude ver su pene erguido, brillante y duro, acercándose a mi vientre. - me gustan los penes duros, no mortecinos -.
Sus manos de posaron en mis muslos y los separaron aún más.
Y sentí un duro golpe en mis entrañas, sus huevos golpeaban mis labios vaginales..., sus embestidas me hacían gemir constantemente.
La habitación seguía a oscuras, no se veía ni se escuchaba nada, solamente mis gemidos y mis chapoteos de golpear la polla dentro mío.
Poco a poco me estaba licuando.
De las sombras apareció otro muchacho totalmente desnudo.
Se acercó a mi, me tapó la nariz con los dedos y tuve que abrir la boca para respirar y fue allí donde me metió la polla hasta el fondo de mi garganta.
Y mientras yo mama, otra polla me estaba taladrando el chcocho, pero noté como dos manos me daban un pequeño giro al cuerpo.
Mi movilidad era escasa, nula, pues estaba atada por todos lados y con las piernas abiertas.
De repente noté un escozor en mi ano..., me lo estaba penetrando una tercera polla. Ufff, solamente de pensarlo ya me corrí.
El dolor dió paso a un inmenso placer anal.
Aún con la polla en mi garganta pude controlar mi pensamientos y guiar mis sentidos a las entrañas de mi cuerpo, y efectivamente, percibí como dos pollas dentro de mi cuerpo se frotaban en la delgada piel que las separaba provocando un ardor indescriptible...
La polla de mi garganta empezó a eyacular y yo no podía respirar, tragaba la leche e incluso la saqué por la nariz, me ahogaba en keffir, pero esa mezcla de ahogo y orgasmos lo convertían en más morboso, excitante, salvaje...
Cuando sacó la polla de mi boca logré respirar y escupir leche y relamerme los labios...- siempre fue mi debilidad tragarme la leche -.
El ritmo de mi doble penetración iba en aumento, mis piernas temblaban, tenía descargas electricas en mi espina dorsal..., gritaba de placer, mucho placer, aullaba..., hasta que unos labios taparon a los mios y nuestras salibas se juntaron, nuestras lenguas se enrroscaron, no tenía control sobre mi, un alud de orgasmos me llegaban constantemente..., murmuré y grité entre esos labios que me besaban y besaban, que placer - pensé -, arqueé la espalda, apreté los glúteos, eso excitó aún más al que me follaba por el culo y me la clavó con más fuerza, creo que me llegó a la nuca..., de repente se me nubló la visión y de mi chocho salió un chorrito de líquido... Eyaculé y eso les excitó aún más. Mi cuerpo quedó suspendido en el aire, pero sentía como las pollas inundaban mis entrañas, un sunami arrasó todo el interior de mi culo, el chocho tenía inundaciones de leche, un cámara tampoco se lo quiso perder y me penetró por delante...Ufff...ahhh
Y a cada orgasmo unos labios se me enroscaban en mi boca dándome más placer.

No sé quién fue pero lo vi difuminadamente, se acercó a mi y se masturbó encima mis pechos.

Ya no escuchaba nada, me habían transportado a otro mundo.
Las luces del plató se encendieron y vi a todo el equipo del casting.
Allí, justo a Pierre estabas tú mirándome fijamente...
Una manos me fueron desatando, luego me voltearon y me pusieron sentada en la mesa.
- Genial!!, la películo es tuya - esbozó Pierre Woodman junto a mi.
Yo sonreí y mi mirada te buscó.
Pero no te encontré.

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